Un mexicano en Barcelona

Hace veinte años el que esto escribe aterrizaba en Barcelona para realizar estudios de posgrado. Me sorprendieron, el dinamismo y la innovación de la ciudad, la consistencia de sus habitantes y la sofisticación y cosmopolitismo de su ambiente. Siendo de ascendencia catalana, catalanohablante y teniendo, ya cuando llegué, amigos y familia, pude vivir Barcelona de […]

Laura de Bonis

Última modificación: 4 septiembre 2020

Hace veinte años el que esto escribe aterrizaba en Barcelona para realizar estudios de posgrado. Me sorprendieron, el dinamismo y la innovación de la ciudad, la consistencia de sus habitantes y la sofisticación y cosmopolitismo de su ambiente.
Siendo de ascendencia catalana, catalanohablante y teniendo, ya cuando llegué, amigos y familia, pude vivir Barcelona de manera muy intensa. Me familiaricé con sus calles y con sus gentes al punto en que más que conocer yo a la ciudad la ciudad me conocía a mí.

Hace unos meses, después de ejercer como profesor y abogado en México por dos décadas, volví a aterrizar en Barcelona y me volvieron a sorprender el dinamismo de la ciudad, la consistencia de sus habitantes y la sofisticación y cosmopolitismo del ambiente.

¿Cómo es posible que me volviera a sorprender lo que ya me había sorprendido antes y qué no solo esperaba, sino que también anhelaba? Pues muy fácil, porque sus virtudes explotaron en toda su intensidad. De esta manera, si hace veinte años uno de cada diez barceloneses había nacido fuera de Europa ahora lo hizo uno de cada tres, donde había zonas deprimidas ahora es un clúster informático que funciona a la velocidad de la luz, el Barça que de tanto en tanto ganaba un campeonato en estos veinte años los ganó a racimos y sus ferias comerciales han crecido a dimensiones apoteósicas. En todo, la ciudad se reinventó para ganar.

Como quien reencuentra una vieja amiga, vivir nuevamente en la Ciudad Condal me ha hecho que cada día que camino en sus calles deba despedirme de la vieja noción y abrazar a la nueva ilusión, pues así se funciona ante la constante modernización de la ciudad del eterno Modernismo. Hoy contemplo Barcelona y me admiro de lo mucho que ha progresado, atendiendo a sus rasgos me doy cuenta de que sigue siendo la misma pero mejor.

Desde Barcelona quiero ofrecer mis servicios a todas las empresas, particulares y colegas de México. En base a mi conocimiento de los dos países y los dos sistemas legales, extendiendo este ofrecimiento a todos nuestros clientes de Latinoamérica. También estamos en condiciones de ofrecerles servicios específicos para mitigar el riesgo comercial de las empresas latinoamericanas en sus operaciones en España.

Arnau Muriá