Escrito por: Eva Sagristà
Tengo una gran estima por Francia, y es que mi historia con este país se remonta a muchos años atrás. Mi madre realizó sus estudios y vivió muchos años antes de que yo naciera en Paris, e incluso yo durante mis primeros años la acompañé. Por ello, considero Francia y en concreto Paris como mi segunda casa.
He tenido una formación francófona, estudiando y aprendiendo el idioma desde los primeros años de escolarización. Además, como tengo familia francesa, he crecido siempre en contacto con la cultura francesa con la que comparto muchos aspectos de mi vida.
Durante mis estudios de derecho en la universidad me interesé mucho por el derecho internacional y pensé en desarrollar mi práctica en Francia.
En el año 2012 obtuve una Beca Leonardo del Programa Lifelong learning de la Unión Europea para trabajar en París en el año 2012. Durante mi estancia en Paris me sentí como en casa y comprobé que compartía afinidades, gustos y maneras de hacer con los parisinos. Encajé muy bien con mis compañeros de trabajo, con los que guardo estrecha relación aún en la actualidad como buenos amigos. Además, esta experiencia me permitió desarrollar mis conocimientos en derecho internacional y en particular conocer de primera mano el funcionamiento del derecho francés.
Las afinidades que comparto con la cultura francesa, mi conocimiento de la forma de trabajar en este país y de su idioma, me han permitido especializarme en el asesoramiento de clientela francesa.
Mantengo lazos estrechos con varios profesionales que tuve la ocasión de conocer durante mi estancia en Paris y con los que colaboro de manera habitual. Además, colaboro con la Universidad de Toulouse como tutora acogiendo estudiantes franceses en prácticas.
Eva Sagristà